viernes, 19 de octubre de 2007

30 de septiembre...de nuevo en casa

lo que fue, de donde vengo

Aquí estoy de nuevo en casa, aunque la sienta un poco extraña. Más de tres meses y medio fuera que me pasaron como un abrir y cerrar de ojos.
Y aquí estoy junto al mar que adoro, sobre la arena y con una brisa intensa que anuncia el final del verano. Cierro los ojos y me tranporto en solo unos segundos a la que ya empiezo a considerar mi otra casa, quizás mi destino...AFRICA.
Camino por la orilla, escuchando música y mirando pero sin ver nada solo la inmensidad del mar aquí y en todas partes, busco donde termina, el final y no consigo encontrarlo...lo mismo me sucede con mi vida en Africa. No sé si no veo, me cuesta verlo o simplemente no quiero ver el final.
Miro a todas partes pero no veo nada, ninguna de todas esas caras se quedan en mi mente, son solo nuevas imagenes que entran y salen, me cruzo con miradas, con gente, familias enteras, parejas, niños y lo veo todo tan diferente, como si estuviera viendo una peli antigua, de aquellas cintas de super ocho,(como cuando miro aquellas que mi padre grababa aquellos veranos en la playa cuando era una enana), como si no fuera parte de la escena.
Vuelvo caminando por el paseo marítimo por donde sus gentes se han puesto de domingo y estando inmersa en mis pensamientos, volando, viajando, soñando a través de la música y mis sentimientos, de repente noto una mano que me toca, casi acariciando la mía...me giro, miro y es un chico negro, un africano que vino a la tierra prometida en busca de esperanza y de oportunidades. Y no solo no encontró lo que esperaba sino que no lo tuvo nada fácil y ahora se dedica a vender en la calle, falsificaciones de marcas seguramente robadas.
Desconecto la música porque no le oigo y me pregunta si hace poco he estado en África, no me lo puedo creer...me parece medio surrealista y empiezo a dudar de haberle entendido bien, incluso dudo que esté ocurriendo en realidad o simplemente he llevado mis recuerdos demasiado lejos, a los límites entre imaginación y realidad.

Sentí como si todo se paralizara unos segundos a mi alrededor, como si la cinta de super ocho hubiera acabado de repente y no dejará de dar vueltas, esos instantes que se hacen eternos hasta que la paras, y entonces lo comprendí...seguí su mirada hasta el amuleto africano que colgaba alrededor de mi cintura, y entonces lo entendí todo y sonreí. Me dijo que lo llevaban las chicas africanas de su país y sonrió.
Tuve una extraña sensación como de haber encontrado alguien conocido, alguien amigo, alguien de casa, entre tanto desconocido, entre toda aquella gente toda igual, gente para mi sin cara, sin expresión. Y ahí estaba, orgulloso, sonriendo y contento por haber visto algo de su casa, su hogar, su cultura, sus costumbres, tan lejos de todo lo que para él significaba África.

Y entonces, yo me pregunté...si en ocasiones todo me parece tan vacío, y es el que fue mi hogar, si en ocasiones me siento diferente por no seguir lo establecido en la sociedad en la que crecí... ¿como debía sentirse él?

lo que vendrá, hacia donde voy

1 comentario:

Anónimo dijo...

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