martes, 16 de octubre de 2007

Una difícil salida de Mali...


Después de un montón de problemas y de sobrevivir 2 días casi sin dinero, ya ves como es la vida, aquí estoy sentada en este avión en clase business bebiendo champany y por supuesto siendo la única mujer.
Aún no he salido de Mali pero lo que separa este avión de lo que hay ahí fuera es un abismo, son dos mundos tan diferentes y tan injustos, que a veces es difícil aceptarlo.

Miro a mi alrededor y a pesar de lo mal que lo pasé mis últimos dos días en Bamako, con mi vuelo anulado sin más y sin un duro, sigo pensando en mis primeros días, en mi viaje por el Níger o en el País Dogon y me parece mucho más interesante y auténtico que todo esto, pero claro con algo de dinero todo se ve más fácil, sobre todo cuando estas a miles de km de casa, sola y cansada...no os podéis imaginar después de pasar hambre, no saber donde dormir y no saber como salir de un país africano, que una azafata te pregunte “que desea la madame” y tu como una tonta contestes preguntando “que puede ser” y te sientas una estúpida cuando te dicen “lo que quiera la madame, aquí todo es posible” y vuelvan con champany y tú, con tus tejanos rotos y sin ducharte...pero descubrí que en África y seguramente en todo el mundo casi todo tiene solución..

Alguien me dijo una vez en este país, concretamente en Tombouctu, que no hay demasiados blancos que lleguen quieran conversar y pasar su tiempo tomando un té con ellos, se interesen por sus costumbres, por su historia y sobre todo, sepan escucharles y intenten entenderles.

“ No soportar estar muerta, entonces no dejar que ocurra hasta que ocurra. Observa las cosas, escucha y siente” (Hemingway).

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