jueves, 14 de agosto de 2008

Slovenija, un gran pueblo dentro de un pequeño pais

El lago de Bled.

Slovenija...
A pesar que hace tan solo unas semanas era una gran desconocida para mí, a pesar de ser parte de Europa, nunca la imagine tan parecida.
Como en todos los lugares que visité, sus ciudades más conocidas por su interés turístico, rebosan capitalismo y consumismo como ocurre en el resto de Europa. Pero en cambio, la mayoría de su pequeño territorio está formado por bosques y granjas con personas sencillas, amables y cercanas. Sus gentes son de semblante muy parecido al nuestro y a pesar de su complicado idioma, (todo un reto para mí), son tan mediterraneos como nosotros.
Viajar, recorrer y vivir en una furgoneta o tienda de campaña puede parecer en un principio, incómodo, complicado o demasiado hippy para algunos. Sin embargo, tras unos días de adaptación el hecho de no saber donde dormir o donde ducharte pierden importancia, el agobio del tiempo y de las horas pasa y la desconexión del mundo es total. La sensación de libertad dentro de nuestro mundo tan cuadriculado toma forma hasta tal punto que pierdes el rumbo, sin saber donde despertaras mañana, en que día vives o a que hora comes.
Improvisándolo todo uno percibe como la mayoría de las imposiciones de nuestro día a día no son necesarias aunque la sociedad en la que vivimos, nos lo haya hecho creer hasta tal punto que las hayamos incorporado como una primera necesidad. En estos momentos llegas a ser consciente que sentirse libre lo puede llegar a ser todo.

Bosques salvajes y roca excelente. Eslovenia 2008

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