Portugal 2009
No sé cómo, ni cuando, ni por qué...pero un buen día me sentí como si me hubieran robado, hubiera perdido o se hubieran ido no se donde, un montón de sueños, ideas, momentos. Como si de repente, un buen día me hubiera dado cuenta que me había hecho mayor.
A mi alrededor las cosas han cambiado, no es que sean mejores ni peores pero ya no son como eran. Quizás soy yo la que cambió y no las vea como las veía.
Mis experiencias durante toda esta metamorfosis, tanto las buenas como las malas han ido llevándome sin duda a una madurez y crecimiento personal, pero también han ido llevándose a pesar de resistirme a ello, algo que me pertenecía como la espontaneidad y la inocencia.
Me siento cerrando etapas con fortaleza y afrontándome a retos con mucha más seguridad. Sin embargo sigo creyendo que soy un proyecto al que le queda aún mucho por aprender. Sigo cayéndome para volverme a levantar. Me siento como una esponja que ha absorvido cada momento, cada sensación y cada historia y que sin duda quiere seguir haciéndolo.
Muchas veces, una melodía de la radio, el olor de la primavera, el ruido de la lluvia, el color del otoño, una voz en un bar, una fotografía en el diario, un libro de la estantería o una noticia de actualidad, nos trasladan a un momento en algún lugar o nos recuerdan a alguna persona, nos evocan un sentimiento triste o no, la mayoría de las veces son reflexiones que me hacen sonreír. Y es que el paso del tiempo acabó con el dolor o la euforia para convertirlas suavemente en una sonrisa. Por eso de manera inexplicable a veces cuando voy caminando, haciendo la compra, montando en bicicleta e incluso nadando, voy sonriendo. Otras veces alguien parece que me habla pero yo apenas puedo entender que dice, es como un hilo de voz en la lejanía mientras la comisura de mis labios dibuja una sonrisa. En esos instantes que vivo casi como reales pero que no lo son y se desdibujan con la realidad, soy consciente de la suerte que tuve de vivir y conocer historias con personas que las hicieron increíbles. La suerte de conocer a sus protagonistas, a todos aquellos que bien podrían ser los personajes de una novela. Pero la suerte muchas de esas veces hay que buscarla y por ello, yo quiero seguir componiendo ese rompecabezas, quiero seguir teniendo inquietudes, quiero seguir proponiéndome retos y no tener que renunciar porque... claro "a mi edad ya no toca".
Sé que no es posible continuar jugando a ser mayor porque ya soy mayor, pero es genial poder ser mayor sonriendo de entre los recuerdos y buscando algo más de entre lo que está por llegar.