viernes, 16 de enero de 2009

Ahora lo sé

en algún lugr de África...


Fuimos eternos mientras no nos rendimos.
Pero lo hicimos...los dos.

Aprendiendo que cada momento tiene su eternidad y cada amor es eterno en ese preciso momento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.

Un abrazo, moza.

Anónimo dijo...

ETPI, peaso de foto :)