viernes, 9 de mayo de 2008

Cuando la música te llega al alma...


Asha, Djibouti 2005
Ahí fuera llueve y llueve...y sigue lloviendo. Por fin llueve y en algo solucionará la sequía que este año sufre este país del sur de Europa. Quizás el capricho de este agua haga que nos dejemos de pelear por ella, sea como sea llevamos meses sin lluvia y las últimas semanas solo se hablaba de los problemas de la sequía. Pues bien yo no puedo parar de preguntarme como nos enfrentaríamos a la sequía que viven cada año muchos de los países africanos subsaharianos, donde el problema no son restricciones para lavar el coche, el jardín o los campos de golf, sino que el problema es la propia supervivencia porque no hay agua ni para beber...
Como haríamos para andar cada día kilómetros y más kilómetros descalzos sobre la tierra árida y bajo el tórrido sol, cuando ahora solo tenemos que levantarnos del sofá y abrir un grifo y ya está. Como haríamos...
Me parece increíble que hablemos de la falta de agua como una novedad porque en este momento nos afecte a nosotros también, cuando hay pueblos que llevan montones de años viviendo con ese problema.
Un día alguien me dijo: "que fácil lo tiene ustedes" que razón tenía...

A través de la ventana el agua junto a la noche sigue cayendo, charcos bajo una farola, luz tenue en una habitación, música africana de fondo, fotos de recuerdos por todas partes y un buen libro...cierro los ojos, inspiro profundamente y empiezo a volar entre mis recuerdos. Mi mente se traslada sin dificultad a mis atardeceres en África, practicamente mis sentidos sienten la humedad y el ruido de las gotas durante la estación de lluvias que viví en Liberia hace tan solo unos meses e incluso siento la sensación del agua corriendo por una tierra que no la quería, que no la absorbía en el único día que vi llover en Djibouti hace ya tres años.

Sigue, sigue lloviendo y lo hará durante todo el fin de semana, no habrá escalada está vez, pero un desayuno con amigos, una cena con una amiga a la que no ves hace demasiado tiempo ya, comer tranquila sin prisas con tu madre, tener tiempo para hablar con tu hermana por teléfono, en definitiva compartir. Pero también tiempo para uno, correr bajo la lluvia con ese olor a tierra húmeda, sintiendo gota a gota en tu cuerpo sin importante lo más mínimo, corriendo y sintiendo como te pasa la vida corriendo como las gotas deslizándose a su antojo por tu rostro, y por supuesto, algo que me dejo de legado un buen amigo, un buen libro...

Pero sobre todo algo tan poderoso que mejora el silencio de tus pensamientos, el calor de tus sentimientos, música africana de fondo, que llena todas tus reflexiones, te relaja, te transporta, te hace reír y llorar, lo inunda todo...Escúchala y sobre todo siéntela!!

1 comentario:

Anónimo dijo...

"La música es el corazon de la vida. Por ella habla el amor, sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso." Frank Listz..........Me hubiera gustado formar parte de esa velada, moza.