lunes, 28 de septiembre de 2009

Lunes gris casi negro


Exhausta, así me sentía cuando empecé a escribir este post. Me sentía sin una gota de energía, mi cabeza decía muévete pero mi cuerpo siquiera se podía arrastrar. Sentía cada uno de mis músculos al realizar el más minúsculo de los movimientos. Solo quería tirarme, dejar que mi cuerpo se hundiera en el colchón y dormir y dormir... Solo quería cargar pilas, pero todo me salía al revés...decidía negro cuando era blanco y blanco cuando era negro (o por lo menos así es como me sentía yo)

Pero podía pararme a contemplar el mundo como una víctima de esta sociedad capitalista, competitiva y sin tiempo en la que vivo o como una descubridora de todo aquello que voy buscando, todo aquello que me atrae, que me inquieta, que me seduce ..buscadora de pequeños tesoros que a veces son sueños y otras veces son retos y nuevos proyectos. Todo aquello que esta ahí ante nosotros, que a algunos les parece imposible de alcanzar aunque parezcan tenerlos a la altura de sus manos y que para otros es invisible porque a pesar de haberlos hayado ni los notaron porque estaban demasiado acostumbrados a ellos. Siempre creí que esos tesoros, sueños o retos te enseñan pero hace muy poco me di cuenta que no son ellos, soy yo la que a través de ellos aprendo.

Después de esta semana gris casi negra, me sentía con muchas cosas por hacer y sin saber por donde empezar. Pero la simplicidad no está reñida con la vitalidad por ello cosas tan simples como escalar con amigos, compartir momentos en una cena, reír con alguien que te hace sentir bien, tomar un café y conversar, me fueron llenando de nuevo de energía, me hicieron sentir que puedes enfrentarte a tus metas, que el gris ahora es casi blanco. No es fácil, pero mirar a través de lo que para muchos es cotidiano y ver más allá, quizás es lo que te hace diferente.


Por que como leí no hace demasiado, aquello que nos hace personas normales es saber que no somos normales.

viernes, 25 de septiembre de 2009

"Resurgiendo de entre las cenizas"

Una señal...
Después de su visita me siento rara, desconocida, pobre y perdida. Es increíble como alguien que parece no tener nada lo tiene todo. Vive como quiere, haciendo lo que le gusta y dirijiéndose allí donde desea. Alguien que se cruzó en mi camino una vez, alguien que jamás esperé volver a ver, alguien que me sorprendió de entre las cenizas. Quizás sin saberlo o quizás sin querer reconocerlo fui dejando que esas cenizas que acompañan al mundo normal me fueran cubriendo todo este tiempo. Si pudiera volar como las palabras, si pudiera crear mi propia novela, si pudiera creer que puedo...
Igual que un buen día llegó, otro buen día se marchó. De nuevo creo que no nos volveremos a ver, sin embargo despertó algo en mi que llevaba demasiado tiempo dormido. ¿por que aceptar? ¿por qué conformarse? ¿por que no arriesgar?
Convulsionó todo mi mundo y me hizo ver otro, quizás tenga razón y él ( y los que ven la vida como él) sean los normales y no el resto del mundo.
Quizás Zoilo fue como una señal que me hizo ver que hace ya demasiado tiempo que no recuerdo mis sueños.
Cuando las palabras no están vacías, amor y respeto.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Síndrome Peter Pan

Portugal 2009

No sé cómo, ni cuando, ni por qué...pero un buen día me sentí como si me hubieran robado, hubiera perdido o se hubieran ido no se donde, un montón de sueños, ideas, momentos. Como si de repente, un buen día me hubiera dado cuenta que me había hecho mayor.
A mi alrededor las cosas han cambiado, no es que sean mejores ni peores pero ya no son como eran. Quizás soy yo la que cambió y no las vea como las veía.

Mis experiencias durante toda esta metamorfosis, tanto las buenas como las malas han ido llevándome sin duda a una madurez y crecimiento personal, pero también han ido llevándose a pesar de resistirme a ello, algo que me pertenecía como la espontaneidad y la inocencia.

Me siento cerrando etapas con fortaleza y afrontándome a retos con mucha más seguridad. Sin embargo sigo creyendo que soy un proyecto al que le queda aún mucho por aprender. Sigo cayéndome para volverme a levantar. Me siento como una esponja que ha absorvido cada momento, cada sensación y cada historia y que sin duda quiere seguir haciéndolo.

Muchas veces, una melodía de la radio, el olor de la primavera, el ruido de la lluvia, el color del otoño, una voz en un bar, una fotografía en el diario, un libro de la estantería o una noticia de actualidad, nos trasladan a un momento en algún lugar o nos recuerdan a alguna persona, nos evocan un sentimiento triste o no, la mayoría de las veces son reflexiones que me hacen sonreír. Y es que el paso del tiempo acabó con el dolor o la euforia para convertirlas suavemente en una sonrisa. Por eso de manera inexplicable a veces cuando voy caminando, haciendo la compra, montando en bicicleta e incluso nadando, voy sonriendo. Otras veces alguien parece que me habla pero yo apenas puedo entender que dice, es como un hilo de voz en la lejanía mientras la comisura de mis labios dibuja una sonrisa. En esos instantes que vivo casi como reales pero que no lo son y se desdibujan con la realidad, soy consciente de la suerte que tuve de vivir y conocer historias con personas que las hicieron increíbles. La suerte de conocer a sus protagonistas, a todos aquellos que bien podrían ser los personajes de una novela. Pero la suerte muchas de esas veces hay que buscarla y por ello, yo quiero seguir componiendo ese rompecabezas, quiero seguir teniendo inquietudes, quiero seguir proponiéndome retos y no tener que renunciar porque... claro "a mi edad ya no toca".
Sé que no es posible continuar jugando a ser mayor porque ya soy mayor, pero es genial poder ser mayor sonriendo de entre los recuerdos y buscando algo más de entre lo que está por llegar.